El volcán de Trevejo está situado en la parte alta del municipio de Garachico y es uno de los principales atractivos naturales de la zona. En 1706 se convirtió en triste protagonista de la historia de este municipio cuando entró en erupción y truncó la prosperidad económica de la entonces capital económica de Tenerife, la Villa y Puerto de Garachico.
Esta erupción, también conocida como de Garachico o Arenas Negras, es una de las cinco erupciones históricas de Tenerife y la que tuvo un mayor impacto socioeconómico en la isla
Durante cuarenta días las lenguas de lava, de tipo pahoehoe, descendieron por las laderas que ves desde el solárium y las ventanas de nuestro hotel, y arrasaron el principal puerto de la isla y buena parte de las construcciones de Garachico.
La Casa Palacio de los Marqueses de La Quinta Roja, donde se sitúa nuestro hotel, quedó intacta, pero la casa de los poderosos Condes de La Gomera, situada en la plaza, a unos pasos de aquí, quedó prácticamente arrasada, salvándose, tan solo, algunos detalles de su fachada. También la iglesia de Santa Ana, cuyas campanas nos dan los buenos días cada mañana, fue víctima de su furia.
Si salimos a dar un paseo por el pueblo y ponemos nuestra imaginación a trabajar podemos hacernos una idea de cómo afectó a la principal vía de ingresos de esta villa, su puerto, el principal de la isla, centro del comercio internacional de Tenerife con Europa y América y principal motor económico de la isla.
A unos metros de la Iglesia de Santa Ana, descendiendo la calle Francisco Montesdeoca y García, se encuentra la Puerta de Tierra. Esa era la puerta que tenían que atravesar todas las mercancías que entraban y salían de este puerto. Por aquí salían los vinos de malvasía en galeones rumbo a Europa y América, y se importaban las obras de arte procedentes de Flandes.
Si te giras hacia el mar verás que ahora la línea de costa está lejos. Todo ese terreno que nos separa fue ganado al océano por la erupción.
Acércate hasta la costa. Junto al castillo de San Miguel, que quedó milagrosamente intacto, verás las piscinas naturales del Caletón. Estas piscinas fueron creadas por las lenguas de lava que llegaron al mar y que cambiaron el destino de esta villa, destruyendo la rada del puerto natural y poniendo punto y final a una etapa de esplendor y prosperidad.
Después de este paseo por la historia del pueblo, te proponemos un plan: ponte las botas de caminar y acompáñanos a conocer al protagonista de esta historia, el volcán de Trevejo, también conocido como Montaña Negra.
Tendrás que conducir 30 minutos en dirección hacia municipio de El Tanque y luego seguir las señales que te indican San José de Los Llanos. Puedes dejar el coche en el área recreativa y seguir a pie las señales del sendero de Chinyero, otro de los volcanes más bonitos de la zona.
El sendero arranca estrecho, rodeado de matorrales. Según vamos subiendo vemos como la vegetación se va despejando dejándonos ver la amplitud del paisaje. Estate atento a las marcas que señalizan el camino, porque hay algunos momentos en los que se bifurca y puedes confundirte.
Según ascendemos, el pinar se va adueñando del paisaje. Vemos cortezas quemadas, fruto del último incendio en agosto de 2022. Estás ante un superviviente nato, el pino canario, Una especie de pino singular que tiene la cualidad de resistir el fuego. Míralo de cerca, seguro que ves algún brote verde naciendo. La vida se abre paso de nuevo.
Después de un rato de ascenso nos espera una buena recompensa. Entre el pinar, a nuestra izquierda, aparece la silueta del volcán de Trevejo con el Teide al fondo.
Hay que llegar hasta los pies del volcán para descubrir un paisaje de otro mundo. El volcán rodeado de las “arenas negras” que dan nombre a esta zona (lapilli o picón), salpicadas de pinos jóvenes de un verde intenso. Es realmente impresionante.
En el canal de Vergara, que abastece de agua a la zona, nos detenemos para hacer una pausa para contemplar el paisaje y para dar de beber a Otto.
Una vez llegados a este punto tenemos varias opciones para seguir explorando. Podemos decidir entre hacer una ruta circular para rodear el volcán y volver a San José de Los Llanos; tomar un sendero a la derecha y seguir hasta el volcán de Chinyero; o descender por la zona recreativa de Arenas Negras. El ascenso al volcán está prohibido para protegerlo de la erosión, así que nos conformamos con disfrutarlo desde aquí.
Decidimos seguir por el sendero que transcurre por el lateral del volcán en dirección a Arenas Negras. La vista del Teide con el Pico Viejo y los pinares difuminados que vemos desde aquí es impresionante. He venido hasta aquí muchas veces, pero hoy somos muy afortunados ya que el día está totalmente despejado y podemos disfrutar de esta vista que no tiene precio. Un regalo que no siempre se recibe porque esta zona muchas veces está envuelta en niebla. Aprovechamos para tomar muchas fotos para que puedan disfrutarla aquellos que vengan y no tengan tanta suerte.
Cuando llegamos al desvío de Arenas Negras decidimos torcer hacia Chinyero y hacer una pequeña ruta circular que nos llevará de vuelta al canal de Vergara.
El paisaje se transforma de nuevo. Pasamos junto a enormes lenguas de lava cubiertas de líquenes en las que grandes pinos solitarios han encontrado acomodo. A su lado nos sentimos pequeños. Este es uno de mis lugares favoritos de este recorrido.
Sorteamos las rocas volcánicas y enlazamos de nuevo con el sendero que nos lleva de vuelta al volcán de Trevejos. Según nos vamos acercando podemos ver de nuevo, entre los pinos, la vista de la Montaña Negra y el Teide.
La belleza y la calma que transmite este paisaje no hace sospechar que este volcán fue el causante de la erupción volcánica que causó más daño en Tenerife.
Descendemos de nuevo entre pinares por el mismo sendero por el que subimos. El paisaje parece diferente cuando lo miras desde otra perspectiva. Otto sigue caminando delante nuestra, abriéndonos el paso.
De regreso a la civilización, paramos en el bar de la gasolinera de El Tanque para reponer fuerzas. Tras unas tapas de pata asada y carne de cabra, hacemos repaso de la ruta. Hemos caminado nueve kilómetros en dos horas y media, y hemos tenido la suerte de disfrutar de este paisaje con el día tan despejado y luminoso.
Es hora de volver a Garachico. Nos esperan La Quinta Roja y un baño relajante en las piscinas volcánicas de El Caletón.